Al plantear este tema parto
de la base de la imperante “necesidad de innovar en educación”, por ello es
importante dejar claro lo que se entiende por “necesidad” por “innovación” y
por “educación” para poder centrar adecuadamente la reflexión.
Innovar Innovar es “introducir algo nuevo y valioso
en la realidad existente” y si lo de “nuevo” no ofrece lugar a muchas dudas
(aunque muchas veces llamamos nuevo a algo que hace mucho que no lo es), lo de
“valioso” necesita ser acotado puesto que es evidente su subjetividad ya que lo
que tiene valor para unos, carece de él para otros. Será por tanto una de las
cuestiones que debemos abordar ¿Qué es valioso para la educación de hoy? ¿Qué
es lo que aporta valor?
Necesidad
¿Es necesario innovar? Realmente pienso que es inevitable. Todo
proceso evolutivo está provocado por los cambios que se producen en el medio,
de forma que “sólo los mejor adaptados sobreviven”. Por tanto, si los cambios
que conducen a la innovación se produjeron, se producen y se van a producir
inevitablemente ¿Por qué preocuparnos? ¿Por qué no dejar que actúe la
“selección natural” como hasta ahora? Pensar que está de moda hablar de
Innovación es lo mismo que decir que está de moda hablar del cambio climático
(puesto que en la historia de la tierra se han sucedido unos a otros y todo ha
seguido adelante). Sin embargo nos preocupa lo que está ocurriendo hoy porque
los cambios (sociales, culturales, medioambientales) se están produciendo en
muy poco tiempo y a gran velocidad, tanta que los procesos naturales de
adaptación al cambio ya no funcionan.
Recordemos: “sólo los mejor adaptados sobreviven” y estoy segura
de que no queremos ver morir una escuela porque no consigue adaptarse, porque
no evoluciona a la velocidad necesaria; es por ello por lo que es necesario
innovar pero no de cualquier forma, necesitamos una innovación dirigida a
conseguir ser “los mejor adaptados”, necesitamos intervenir en este proceso
para alcanzar una “educación sostenible”
“La paradoja de la educación de comienzos del siglo XXI se
encuentra en la desconexión entre la excelente capacidad institucional de las
escuelas y su bajo desempeño en preparar a los estudiantes para inventar un
futuro que responda adecuadamente a las oportunidades y desafíos globales”
En poco tiempo hemos pasado de las sociedades industriales (1.0) a
las sociedades del conocimiento (2.0) y ahora a las sociedades centradas en la
innovación (3.0).
La sociedad 3.0, hace referencia a un mundo que está “a la vuelta
de la esquina” y, al mismo tiempo, que trasciende las vanguardias actuales,
está impulsada por tres agentes principales:
- Cambio social y tecnológico
acelerado.
- Globalización constante y redistribución horizontal del conocimiento de las relaciones.
- Sociedad de la información impulsada por Knowmads (1)
- Globalización constante y redistribución horizontal del conocimiento de las relaciones.
- Sociedad de la información impulsada por Knowmads (1)
Educación
Ante esta sociedad en continuo y acelerado proceso de cambio, nos
encontramos con una escuela que no lo procesa y que se mantiene anclada en el
pasado, una escuela que no se adapta. Se constata que hoy, la educación formal
no garantiza la formación de ciudadanos competentes para desenvolverse en este
mundo de cambio, globalización, interconexión…
Hoy se reclaman competencias que no se adquieren en la escuela y
que no son garantizadas por las titulaciones. Competencias, sin embargo, que sí
se consiguen en otros ámbitos (educación no formal, informal, aprendizaje
invisible) generando la aparición del knowmad (“Nómada del conocimiento”
Moravec, 2008b): Trabajadores creativos, imaginativos, innovadores, capaces de
aprender con cualquier persona, en cualquier momento y en cualquier lugar. Los
knowmads no tienen miedo al fracaso, aprenden y desaprenden a la vez, son
intuitivos, innovadores, ubicuos y conectados, capaces de resolver problemas y
generar conocimientos en cualquier contexto(1). Un knowmad es valorado por su
conocimiento personal, lo que le proporciona una ventaja competitiva con
respecto a otros trabajadores.
“Esta remezcla de espacios y de relaciones sociales está afectando
también a la educación. Los estudiantes de la sociedad 3.0 tendrían que poder
aprender, trabajar, jugar y compartir en prácticamente cualquier contexto, Sin
embargo, son pocos los indicios existentes que nos permitan afirmar que la
educación está evolucionando hacia el paradigma 3.0” (C.Cobo y J. W. Moravec ,
Aprendizaje Invisible), al contrario, sigue imperando la escuela clásica,
desarrollada en el marco de la sociedad industrial (1.0) con división por
niveles , clases y asignaturas que funciona según un calendario de actividades
siendo la mayor parte de la enseñanza dirigida por el maestro (Soerensen,
Danielsen y Nielsen, 2007).
¿Renovarse o morir?
Si somos capaces de aprender fuera del ámbito de la escuela
(educación formal) la mayor parte de las cosas que nos harán competentes en la
sociedad en la que vivimos ¿para qué la escuela? ¿Está condenada a desaparecer?
o al menos ¿está condenada a desaparecer como la conocemos?
Evidentemente es necesaria una educación formal para una
especialización (nadie se pondría en manos de un médico o de un piloto de avión
que haya aprendido “de oídas”), pero ¿sobra la escuela (no la educación) para
todos? ¿Qué papel juega en la formación de los knowmads?
Muchas de las cosas que aprendemos en la educación formal son
necesarias pero no son ni mucho menos suficientes, de ahí la necesidad de
movilizarnos hacia una innovación necesaria y suficiente que dirija el cambio
no para evolucionar (demasiado lento, demasiado aleatorio, demasiado tarde)
sino para revolucionar la educación.
Debemos incorporar el conocimiento tácito (invisible, no formal,
informal) al sistema si queremos que éste sea sostenible dado que es el que
capacita para ser competente en el mundo actual.
Por eso hoy se habla de la SEREMPATÍA como el nuevo motor
de la innovación (M.A. Pesquera) [Serempatía: De la combinación de
“Serendipia” (lo que se alcanza por azar) y Empatía (ponerse en el lugar de los
demás”).
La serendipia se va a traducir para nosotros en la capacidad para encontrar cosas, personas y el conocimiento que estas aportan sin que sepamos previamente dónde buscarlo. Necesitamos encuentros
fortuitos entre personas para que a
través de las conexiones que se generan conviertan el conocimiento tácito
(invisible) en explícito.
La empatía nos permite ponernos en el lugar del otro, contar con él, observar a través de su mirada.
SEREMPATÍA: Podríamos definir la serempatía como la
Innovación afortunada por la generación de conocimiento en redes de
colaboración abierta.
Por tanto: “generación de conocimiento”: CREAR, “en redes”: COMPARTIR, “de colaboración”: COOPERAR “En la larga historia de la humanidad (y de los animales también)
aquellos que aprendieron a colaborar y a improvisar de manera más efectiva han
prevalecido (Charles Darwin).
Para catalizar los procesos de innovación debemos motivar la serempatía provocando encuentros de personas que compartan conocimientos (dando visibilidad al aprendizaje invisible) y cooperen en la creación de nuevos conocimientos. De esta forma Crear, Compartir y Cooperar serán los valores (el valor, “lo valioso”) que aportará lo “nuevo” que vamos a introducir en la realidad existente para dirigir la Innovación necesaria hacia la escuela del siglo XXI
(1) Cobo Romaní,
Cristóbal; Moravec, John W. (2011). Aprendizaje Invisible. Hacia una nueva ecología
de la educación. Col·lecció Transmedia XXI. Laboratori de Mitjans Interactius /
Publicacions iEdicions de la Universitat de Barcelona. Barcelona
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