D. Cesar Poyatos
No es una novedad
que la mayoría de nuestros alumnos se aburren en clase, están desmotivados, han
perdido interés, sufren las consecuencias un sistema educativo obsoleto. La
escuela no puede quedarse al margen de un mundo global y conectado. En estos
momentos de cambio las nuevas tecnologías juegan un papel esencial, son
herramientas muy motivadoras, rompen los muros del aula, permiten desarrollar
proyectos colaborativos y conectan nuestros centros.
Con la aparición de
las aplicaciones 2.0 es más fácil compartir contenido, crear y publicar
material multimedia en la Red. Estas herramientas en línea facilitan el acceso
a la información. Los estudiantes del siglo XXI no se limitan a consumir los
contenidos facilitados por sus docentes. Por ello, debemos cambiar nuestro rol,
pasar de transmisores de conocimiento a dinamizadores de experiencias.
Tenemos
la oportunidad de actuar, de abrir las aulas, de cambiar nuestra metodología,
de trabajar por proyectos, de enseñar a nuestros estudiantes a construir sus
entornos personales de aprendizaje (PLE – Personal Learning Environment),
de proporcionar a nuestro alumnado un papel protagonista en su educación para
mejorar los procesos de enseñanza-aprendizaje.
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