D. Javier García Calleja
¿Está en cambio? ¿El cambio tiene la
profundidad necesaria?
Hablamos y nos consideramos “Profesores 2.0”
y en verdad lo somos si por ello entendemos que formamos parte del grupo de
docentes que con gran esfuerzo personal están incorporando las tecnologías de
la información y comunicación en las aulas.Pero...¿podríamos ser otro tipo de
“Profesores 2.0”?
El gran cambio está aún por hacer.
Contemos con medios del siglo XXI o estemos aún sin ellos (por que no llegan todavía a todos los centros ni a todos los muchachos) el cambio más profundo ha de acontecer en el proceso de enseñanza-aprendizaje. No es extraño el utilizar herramientas tecnológicas modernas que sólo se emplean en perpetuar, eso sí de forma digital, un modelo educativo que pide un cambio copernicano.
El gran cambio está aún por hacer.
Contemos con medios del siglo XXI o estemos aún sin ellos (por que no llegan todavía a todos los centros ni a todos los muchachos) el cambio más profundo ha de acontecer en el proceso de enseñanza-aprendizaje. No es extraño el utilizar herramientas tecnológicas modernas que sólo se emplean en perpetuar, eso sí de forma digital, un modelo educativo que pide un cambio copernicano.
Un ejemplo de esta revolución incompleta son
la mayoría de los actuales formatos de libros educativos electrónicos. Con frecuencia
estos libros se limitas a plasmar los mismos contenidos que podemos leer en el
libro de papel para que sean ahora leídos en una pantalla de ordenador. A lo
sumo se han añadido algunos enlaces. ¿Es esto el cambio que se necesita?
Las plataformas de aprendizaje on-line se
usan frecuentemente como un sistema de tablón de anuncios y recogida de tareas.
¿Pueden dar más de sí?
No conocemos aún las respuestas pero podemos
ir intuyendo algunos caminos.
El aprendizaje real, el que se produce dentro
pero sobre todo como fuera del aula, siempre se ha producido mediante la
interacción, siempre ha sido cooperativo. El aprendizaje formal, académico
tiende a ser absolutamente personal, aunque el docente utilice las últimas
tecnologías para sus clases.
¿Tendremos el valor de que el aprendizaje
formal (escolar) sea también cooperativo?
Más aún que el aprendizaje sea compartido.
Entre los alumnos pero también entre alumnos y docentes.
¿Podremos aplicar estas ideas a los libros de
texto, a la clase diaria?
Las TICs nos brindan algunas ayudas. Las
wikis, por ejemplo, nos ofrecen la posibilidad de construir contenidos de forma
cooperativa. ¿Podrían ser estas wikis u otras herramientas similares las
precursoras de un nuevo libro de texto que está por llegar?
Y qué podemos decir de la evaluación. ¿No
sigue siendo la parte más tradicional de todo el sistema educativo? ¿Tiene
sentido todo el cambio metodológico que empezamos a impulsar si pese a todo
estamos manteniendo sistemas de evaluación absolutamente clásicos?
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